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Comenzaré este artículo comunicándoos una verdad universal que he aprendido a lo largo de los años: la gente está fatal. Así, en general. Y esto lo digo porque es la única explicación que puedo encontrarle a la reacción que han tenido los fans de Timothée Chalamet (el día que consiga escribir su nombre sin mirar en Google será uno de los más felices de mi vida) a su última tanda de imágenes en Instagram.
De esto que está Timoteo (lo siento, pero se llama así en español) un domingo por la tarde en casa aburridísimo y decide hacerse un par de selfies ‘a lo loco’. De esos que tú y yo nos podemos hacer y compartir con nuestros 113 seguidores, más o menos. Mentira, yo tengo más, pero no quiero fardar. En fin, que me desvío. Chalamet se los hace y los comparte con sus 18,2 millones de followers. Vamos que estaba claro que esto se iba a hacer viral porque la cantidad de seguidores del actor es igual al número de habitantes que hay en Bombay (Sapphire no, qué bien que te gusta, pero me refiero a la ciudad).
¿Dónde se ha metido el dedo Timothée Chalamet?
Pues lo mejor de todo es que no es nada sexual en el sentido más tradicional y biológico de la palabra. Vaya, que el intérprete de la película Call me by your name (pues eso, Timoteo) no es que se haya metido el dedo en algún orificio que pudiésemos considerar sexualmente erótico. O bueno, viendo la reacción y EL COMENTARIO de una de sus seguidoras, me voy a empezar a plantear mi definición de erotismo. Sin más dilación, he aquí el dedo de Timothée.
Y esta imagen me lleva a hablaros de los únicos dos tipos de personas que habitan en Instagram (y esto es otra lección de verdades universales que os estoy dando de gratis): las que siempre piensan que las imágenes más raras que suben sus ídolos son producto de haberse comido un Phoskitos caducado (ejem, ejem) y las que inmediatamente se descargan esas imágenes en la carpeta de Facturas. Tu pareja y yo también sabemos que es ahí donde guardas el porno. Pero que todo bien.
Dicho esto, quién le iba a decir a Timoteo (que te veo) que su seguidora @dayy_dayy12 le iba a robar todo el protagonismo con el siguiente comentario: I wish I was that finger. Traducción: “Ojalá fuese ese dedo”.
Que yo me planteo: ¿esto es una nueva forma de erótica online de la que no estoy al corriente? Es decir, sé que hay personas que ven vídeos de gente comiendo y les parece la cosa más sensual del mundo. ¿Por qué nadie me ha dicho que el erotismo nasal está de moda? A ver si voy a ir a mi próxima cita de Tinder y no le voy a meter el dedo en la nariz creyendo que me va a tomar por loca. O mejor todavía, no le voy a dejar que me lo meta él a mí.
Pero de loca nada porque @dayy_dayy12 no está sola en su deseo de convertirse en falange de Timothée. Atentos.
“Tell me about it” (cuya traducción más casual sería la de ‘a mí me lo vas a decir’), le dice aquí mi prima de Wisconsin (que con ese nombre de Albacete no es seguro, como la novia de Leonardo DiCaprio) a la creadora del comentario más viral nunca visto en la cuenta de Timoteo. 4.104 likes lleva ya y sumando.
Y para terminar este artículo no me gustaría que os quedaseis sin saber que otra de las seguidoras de Timoteo ha superado, si es que eso fuese posible, el deseo de @dayy_dayy12. Este me niego a traducirlo que me siento sucia. El que no sepa inglés, bien por él. A los demás, lo siento, pero era necesario.
¿Mi moraleja sobre este tema? A partir de ahora, los dedos donde yo pueda verlos.
