No. Carmen Borrego no hizo las fotos de su marido junto a María Teresa Campos mostrando su delicado estado de salud. No apretó el click de las cámaras, no llamó a los paparazzi. Tampoco vendió las imágenes a la revista que las publicó. Pero la escena captada por los reporteros se produjo gracias a ella. Por eso decimos que la hermana de Terelu es la “autora intelectual” del reportaje, la responsable de que toda España viera a María Teresa Campos en su estado actual.
Vimos a una María Teresa que parecía hecha polvo: muy delgada, sin una gota de maquillaje y agarrada al brazo de su yerno, José Carlos Bernal, con un abrigo de borrego blanco, pantalones rosas y el móvil en la mano derecha. Iba caminando apoyada en el marido de Carmen. Era la primera imagen de la presentadora de televisión después de su ingreso en la Clínica de la Luz, en la capital, el pasado 10 de enero.
La imagen de la periodista, de 81 años, publicada esta semana por Diez Minutos, permite apreciar el delicado estado de salud de la que fuera reina de las mañanas antes de que Ana Rosa Quintana le arrebatara ese trono.
Las fotografías de María Teresa se tomaron en la puerta de su casa y del brazo de su marido. Era el cumpleaños de su nieta Carmen, la hija de Borrego, que hacía 30. Lo celebraban con una comida en familia en casa de Borrego. Allí, por supuesto, no aparecieron ni su hijo, José María Almoguera, ni su nuera, Paola Olmedo, con los que no se habla desde hace meses, pero sí lo hizo su madre.
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Lo tenían todo preparado y sabían que había prensa en la puerta, porque les estaban haciendo guardia desde el día anterior. Pero lo más llamativo es que su marido, José Carlos, podría haber entrado a su casa por el garage del edificio y sin embargo lo hizo por el portal, del brazo de su suegra delante los fotógrafos. Ni siquiera pararon en la puerta del edificio para que el recorrido fuera mínimo. Fue un paseo largo que permitió a los reporteros tirar tantas fotos como quisieron.
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Podría decirse que el marido de Carmen Borrego exhibió a su suegra, llevándola por la calle en lugar de meterla directamente en coche a través del parking del domicilio, que le permite subir directamente a la casa, un trayecto a prueba de paparazzi.
Pero sabemos que unos días después de que se hicieran esas fotos, en las que, como decíamos, se ve a María Teresa en un estado delicado, Borrego levantó el teléfono e hizo varias llamadas para intentar que esas fotografías no vieran la luz, no fueran vendidas ni publicadas. La misma Carmen Borrego se encargó de contarlo a personas de su entorno. Explicó que llamó a las revistas para evitar que nadie viera a su madre en ese estado. No lo consiguió.
Una teoría de lo ocurrido sería que Carmen Borrego favoreció el trabajo de los fotógrafos haciendo que su madre hiciera el paseíllo por la calle y toda España viera lo bien que su marido cuida de María Teresa, aun a costa de exhibir a su propia madre en ese estado. Luego se arrepintió y trató de detener la publicación de las imágenes cuando ya era tarde.
De no ser así, ¿por qué hizo entrar por la puerta de la calle a su madre del brazo de su marido y no por el garage, sabiendo que había prensa?
Aquel día, cuando se tomaron las fotos, el chófer Gustavo libraba. Al asistente de María Teresa Campos nunca le habría pasado, él no hubiera permitido que su jefa fuese exhibida, y menos sabiendo que ella prefiere no ser vista y ni siquiera recibe visitas.
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“Gustavo la cuida y la protege. Está a su lado, la lleva y la trae y se ocupa de que esté bien y de que no la fotografíen. De hecho, cuando ingresó en el hospital hace unas semanas tras su caída, nadie pudo captar una imagen de la periodista”, nos dice una persona muy cercana a las hermanas Campos.
Las imágenes de María Teresa en la portada de Diez Minutos han impactado. A la comunicadora se la ve muy desmejorada. Por eso su chófer había evitado por todos los medios que se la pudiera ver. No ocurrió así cuando Carmen Borrego y su marido fueron los encargados de protegerla.
“A Carmen Borrego le viene muy bien que se la vea con ellos, del brazo de su marido, como si fueran los que la cuidan normalmente. Aunque para ello se la tenga que ver a ella. Y Teresa no quiere que la vean así. Es por eso que no quiere recibir visitas”, nos confirman desde el entorno de María Teresa.
Una vez más se demuestra que Gustavo la protege, la ha protegido y la seguirá protegiendo toda su vida. El chófer lo ha pasado fatal durante todas estas semanas que se ha estado hablando de él en Sálvame y aun así ha preferido mantenerse al margen. “Nadie sabe de verdad lo mal que lo ha pasado. Ha llorado mucho por sus errores y porque no entendía el machaque hacia él y menos hacia su novia, Ainhoa. También sabe que ha metido la pata y ha pedido perdón a las hijas de su jefa”, nos dicen. La traición de su ex amigo Kiko Hernández le ha destrozado.
Es un alivio ver a María Teresa andar, pero se la ve muy delicada. Por eso a nadie del clan le ha agradado verla en una revista. Ni siquiera a la propia Carmen quien, una vez más, es la señalada como responsable de que esas fotografías pudieran tomarse.