El cáncer es el nombre común que reciben las enfermedades en las que hay un proceso descontrolado de división de células del cuerpo. Es decir, que algunas células del cuerpo se multiplican sin control, con lo que también se diseminan a otras partes del cuerpo.
Se trata de una enfermedad temida por muchos, puesto que la demora en la detección y/o la falta de tratamiento adecuado puede comportar efectos indeseables con más facilidad, llegando a producir la muerte.
Cabe destacar que, en condiciones normales, las células del ser humano se forman y se multiplican por división celular, para formar células nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Cuando estas son dañadas o ya son viejas, el cuerpo reemplaza con células nuevas a estas que acaban muriendo.
No obstante, las células pueden multiplicarse de forma que no adecuada. Llegan a formar tumores, bultos de tejido, que pueden ser cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos). Son estos tumores cancerosos los que se diseminan e invaden los tejidos cercanos.
Es posible que el cáncer comience en cualquier parte del cuerpo humano, formado por billones de células. No obstante, algunos de los más comunes son el cáncer de piel, de pulmón, de mama y colorrectal.
Entre los muchos que existen, hay algunos que se pueden detectar con síntomas comunes e identificables. Por ejemplo, uno de ellos se manifiesta con dolor de abdomen o náuseas, entre otros.
Estamos hablando del cáncer de hígado, un tipo que tiene su inicio en las células hepáticas. Empieza en órgano ubicado parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y por encima del estómago.
Entre los tipos de cáncer de hígado, el más común de cáncer de hígado es el carcinoma hepatocelular, que comienza en el tipo principal de célula hepática (hepatocito), según indica el sitio especializado Mayo Clinic. También hay otros tipos menos comunes, como el colangiocarcinoma intrahepático y el hepatoblastoma.
El cáncer de hígado sucede cuando las células hepáticas sufren mutaciones en su ADN. En algunas ocasiones se pueden determinar las causas, pero en otras sucede en personas sin enfermedades previas.
Según la citada fuente, entre los factores de riesgo de padecer cáncer primario de hígado encontramos la infección crónica por el virus de la hepatitis B o el virus de la hepatitis C, la cirrosis, enfermedades hepáticas hereditarias, la diabetes, enfermedad del hígado graso no alcohólico, exposición a aflatoxinas y consumo excesivo de alcohol.
Entre las recomendaciones para prevenirlo está reducir el consumo de alcohol, mantener un peso saludable, reducir el riesgo de contraer hepatitis B con la vacuna contra la hepatitis B, tomar medidas para prevenir la hepatitis C o buscar tratamiento para la infección por hepatitis B o C, según apunta el medio.
Como hemos comentado, el dolor de abdomen o náuseas son algunos de los síntomas comunes de este cáncer de hígado. No obstante, existen algunos otros, según recoge Mayo Clinic.
- Pérdida de peso sin proponérselo
- Pérdida de apetito
- Dolor en la parte alta del abdomen
- Náuseas y vómitos
- Debilidad y fatiga general
- Hinchazón abdominal
- Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia)
- Heces blancas o blanquecinas
En caso de sufrir uno o varios síntomas de los citados, se recomienda visitar a un especialista. No obstante, no es necesario alarmarse innecesariamente antes de realizar la visita con el experto.
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